Periquitos


¿Por que un periquito?
No debemos sorprendernos de que el alegre periquito haya sido, durante más de 100 años, uno de los pájaros de jaula más populares. Es el animal perfecto para un niño o un adulto que quiera disponer de una compañia agradable. Además, si consideramos el hecho de que ocupan poco espacio y que el coste de su alimentación es relativamente reducido, constituyen la respuesta ideal para cualquier persona mayor o para quienes vivan solos.
Su alegre parloteo y sus silbidos resultan una delicia.
Tanto si se encuentran solos o en compañía de otros en su misma jaula, estos pequeños nos divertirán con su parloteo y su inclinación a jugar. Sólo debemos proporcionarles un juguete cualquiera de su gran variedad de juguetes fabricados especialmente para ellos y nos divertirán durante horas de animadas payasadas.
También su precio resulta atractivo. En lugar de pagar elevadas sumas de dinero por un ejemplar de mayores dimensiones de la familia de loros, el periquito puede ser adquirido por una cantidad muy modesta si se trata de un pajaro corriente o un poco mas elevada si permaneze a una categoría especial, como el periquito inglés que puede valer hasta el triple que un periquito común.
¿Por que es el periquito el pájaro de compañia preferido desde hace años?
El periquito goza de gran preferencia como pájaro de compañia desde hace mas de un siglo, remontándose de hecho a la época de los exploradores que descubrieron en Australia los loros de vivos colores.
Hasta medianos de siglo XIX sólo se habían traído a europa, por parte de exploradores de tierras tropicales, ejemplares de las variedades mayores de loros y únicamente quienes podrían permitir pagar su elevado precio podían disfrutar de las muestras de inteligencia de que hacían gala.
Esto cambió cuando el pequeño y prolífico fué traído desde Australia a Europa sobreviviendo, gracias a su gran resistencia, al largo viaje por mar. Tan pronto como se extendió la noticia de que como pajaro de jaula podía ser criado sin problemas y podía enseñarsele a repetir sonidos y palabras, su demanda aumentó rápidamente.
¿Son faciles de adiestrar?
Si, una vez domesticado, y si se aplica a ello paciencia y tacto, el periquito, puede aprender a repetir sonidos melodicos y frases cortas. Ahora bien, si adquirimos en el mismo momento otro ejemplar salvaje si lo instalamos a la misma jaula todos nuestros esfuerzos para enseñarle a "hablar" serán en vano.
Una exepción a esta situación se produce cuando se instala un periquito sin adiestrar en una jaula junto a otro que ya está adiestrado y sabe imitar sonidos y voces. En este caso, el pajaro más joven aprenderá a repetir las palbras y las frases pronunciadas por el de mas edad.
¿Son faciles de cuidar?
Si lo que buscamos es un animal de compañía que apenas de lugar a problemas y con el podamos distraernos durante nuestro tiempo límitdo, tiempo libre, entonces el periquito es el mejor. Con una jaula adecuada (que disponga de espacio suficiente para extender las alas), algunos juguetes y numerosas perchas y barrotes para trepar, el periquito se siente feliz. 
Dediquemos únicamente unos cinco minutos al día para cambiarle el agua y ponerle papel limpio en el fondo dela jaula. La comida, con tal que el comedero contenga la cantidad adecuada de semillas (y no únicamente de cáscaras) y que estas estén limpias, puede ser cambiada cada dos días. Simplemente removámoslas para asegurarnos de que el pájaro puede llegar hasta ellas.
Hay una gran diversidad de sistemas para el cuidado de nuestro pájaro.
La clave del éxito en el cuidado de un periquito o cualquier otro pájaro es tener plena conciencia de que cada uno es un mundo y que reacciona ante diversos tratamientos en formas distintas. Cabe que le guste una manzana o una naranja sin necesidad de inducción o cabe también que se muestre satisfecho con una mezcla equilibrada de semillas complementada con alimentos de nuestra propia mesa. La doestcación puede producirse tan rapidamente como 15 minutos de nuestra relación o quizá requiera unos pocos días de paciente halago.
Respetemos nuestro pájaro. Aprendamos a conocer sus costumbres y, aun cuando por regla general se adaptará a nuestro estilo de vida, asegurémonos de que también nosotros nos ajustamos a su rutina habitual. Si sus hábitos experimentan un cambio repentino, verifiquemos su entorno para comprobar si reacciona ante algo nuevo y molesto que pueda ser corregido con rapidez o consideremos el llevarlo a un veterinario para determinar cuál es su problema.

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